Intentas ayudar a alguien porque ves que lo necesita, porque sabes que su problema le impide ver su problema, y encima te trata como desdén. Te sientes como un capullo menos preciado. Mejor hubiese estado en el jardín sin haber sido cortado, aunque hubiese sido un capullo solitario, en vez de haber sido añadido a un ramillete con otra flor, por hermosa que esta fuese. Al fin y al cabo se marchitaría antes de tiempo, pero esto nunca se sabe. Al menos, ese capullo hubiese florecido algún día, cuando realmente correspondiese.
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